La Semana Santa se portó bien... Los catalanes no vamos al compás del resto de España en estos días... lo que tiene un gran ventaja... existen empresas que empiezan la fiesta el jueves (no todas eh) y nos dura hasta el lunes...
Yo sin tener muy claro el destino, cogí el coche, bártulos necesarios para ir de monte... recogí a mi acompañante S., y fue entonces cuando se comentó “Vamos al Valle de Aran”...
El valle es un lugar precioso, rodeado de montañas, nevadas en esta época, pueblos de casas de madera y tejados de pizarra, gente sin prisa, disfrute total de la naturaleza... Para acceder a él hay que atravesar un túnel de unos 5 kms, demasiado estrecho para que lo crucen dos camiones a la vez, pero lo hacen... demasiado largo para no tener puestos de socorro, y demasiado cuesta abajo!! Te da la sensación que al final del túnel encontraras el centro de la tierra...
El plan era ir a un camping de montaña, que me encantan por lo familiares que son,... hacer alguna ruta por la zona... y disfrutar de cada minuto de silencio, de paisajes...
El viernes terminó sin más incidentes, encontramos un buen camping... y nos recomendaron una procesión que fuimos a ver... curioso porque jamás había estado en ninguna... y me pareció algo “bonito”...
El sábado empezó nuestra primera ruta... S. afirmó que no quedaría mucha nieve, así que las raquetas se quedaron en Barna... yo no sé lo que S. puede asegurar como “mucha” nieve... pero a mí me pareció que tener las nieve a la altura de las rodillas era mucha, pero que demasiada nieve para ir caminando sobre ella... Disfruté de la ruta, eso si... incluso las veces que pedía ayuda para que me sacaran de encontrarme semienterrada... La vuelta fue más divertida aún... nos llovió!!!
La cena en la tienda de campaña fue muy amena... tostadas, queso de untar, paté... y una botella de vino!!!... tal y como nos dijo el dueño del camping “Cenar en la Vall sin vino, ni es cena ni es ná”... Podéis imaginar que tras la botella, las risas son continuas por la menor tontería... Además han sido unos días en los que realmente me he sentido yo... no sé cómo explicarlo... hay gente que consigue reprimirme, hacerme pequeñita... siento que actúo en función de esta gente... es no poder hacer una tontería si sabes que alguien no te va a seguir el juego... Con S. es diferente... es posible hacer el tonto y que el te ría la gracia disfrutando de ella... “Tas tonta” me dice... yo le digo que es culpa suya, por conseguir dejarme ser yo...
El domingo hicimos otra ruta... tardamos bastante en llegar en coche porque teníamos que subir un puerto de montaña que verdaderamente valió la pena... los paisajes eran preciosos... tanta montaña blanca, tanto silencio... La ruta fue algo parecida a la del día anterior... pero cambiamos nieve por hielo... así que en vez de hundirme me desplazaba cual patinadora de árbol en árbol... Esta vez S. pensó que “Para qué llevar los palos si la gente va muy de domingo?”... creo que la próxima vez me dedicaré yo a pensar...
Al llegar arriba observé con los ojos muy, muy abiertos un inmenso lago congelado... que yo solo lo había visto una vez en un mes de agosto y era azul... Al volver de esta excursión, nos hizo sol, nos llovió y nos nevó!! Jajaja... así que no me quejo del tiempo, me dio un poquito de todo...
Curiosidades de la gente que sale al monte... hay que subir mínimamente preparado!!!... es un gran consejo... subir con tejanos, sin calzado adecuando, sin abrigo y sin ropa impermeable lo considero una locura que puede convertir un tranquilo día de montaña en un muy mal día... y puedo asegurar que los vi de todos los colores... incluso una pareja llegó a darme “pena” (en el buen sentido) porque subieron contentos con camiseta de manga corta, tejanos y bambas... y bajaron calados, muertos de frío y sin poder caminar mucho más...
Frase del día (De la parejita en cuestión)
“Queda mucho para llegar al lago?” (ainsss pobres)
Yo sin tener muy claro el destino, cogí el coche, bártulos necesarios para ir de monte... recogí a mi acompañante S., y fue entonces cuando se comentó “Vamos al Valle de Aran”...
El valle es un lugar precioso, rodeado de montañas, nevadas en esta época, pueblos de casas de madera y tejados de pizarra, gente sin prisa, disfrute total de la naturaleza... Para acceder a él hay que atravesar un túnel de unos 5 kms, demasiado estrecho para que lo crucen dos camiones a la vez, pero lo hacen... demasiado largo para no tener puestos de socorro, y demasiado cuesta abajo!! Te da la sensación que al final del túnel encontraras el centro de la tierra...
El plan era ir a un camping de montaña, que me encantan por lo familiares que son,... hacer alguna ruta por la zona... y disfrutar de cada minuto de silencio, de paisajes...
El viernes terminó sin más incidentes, encontramos un buen camping... y nos recomendaron una procesión que fuimos a ver... curioso porque jamás había estado en ninguna... y me pareció algo “bonito”...
El sábado empezó nuestra primera ruta... S. afirmó que no quedaría mucha nieve, así que las raquetas se quedaron en Barna... yo no sé lo que S. puede asegurar como “mucha” nieve... pero a mí me pareció que tener las nieve a la altura de las rodillas era mucha, pero que demasiada nieve para ir caminando sobre ella... Disfruté de la ruta, eso si... incluso las veces que pedía ayuda para que me sacaran de encontrarme semienterrada... La vuelta fue más divertida aún... nos llovió!!!
La cena en la tienda de campaña fue muy amena... tostadas, queso de untar, paté... y una botella de vino!!!... tal y como nos dijo el dueño del camping “Cenar en la Vall sin vino, ni es cena ni es ná”... Podéis imaginar que tras la botella, las risas son continuas por la menor tontería... Además han sido unos días en los que realmente me he sentido yo... no sé cómo explicarlo... hay gente que consigue reprimirme, hacerme pequeñita... siento que actúo en función de esta gente... es no poder hacer una tontería si sabes que alguien no te va a seguir el juego... Con S. es diferente... es posible hacer el tonto y que el te ría la gracia disfrutando de ella... “Tas tonta” me dice... yo le digo que es culpa suya, por conseguir dejarme ser yo...
El domingo hicimos otra ruta... tardamos bastante en llegar en coche porque teníamos que subir un puerto de montaña que verdaderamente valió la pena... los paisajes eran preciosos... tanta montaña blanca, tanto silencio... La ruta fue algo parecida a la del día anterior... pero cambiamos nieve por hielo... así que en vez de hundirme me desplazaba cual patinadora de árbol en árbol... Esta vez S. pensó que “Para qué llevar los palos si la gente va muy de domingo?”... creo que la próxima vez me dedicaré yo a pensar...
Al llegar arriba observé con los ojos muy, muy abiertos un inmenso lago congelado... que yo solo lo había visto una vez en un mes de agosto y era azul... Al volver de esta excursión, nos hizo sol, nos llovió y nos nevó!! Jajaja... así que no me quejo del tiempo, me dio un poquito de todo...
Curiosidades de la gente que sale al monte... hay que subir mínimamente preparado!!!... es un gran consejo... subir con tejanos, sin calzado adecuando, sin abrigo y sin ropa impermeable lo considero una locura que puede convertir un tranquilo día de montaña en un muy mal día... y puedo asegurar que los vi de todos los colores... incluso una pareja llegó a darme “pena” (en el buen sentido) porque subieron contentos con camiseta de manga corta, tejanos y bambas... y bajaron calados, muertos de frío y sin poder caminar mucho más...
Frase del día (De la parejita en cuestión)
“Queda mucho para llegar al lago?” (ainsss pobres)
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