El día empezó perfecto la noche anterior... el horóscopo del día decía que iba a recibir todo tipo de atenciones, y ver lo que la gente la quería... Empezó poco después de las doce... continuó sobre las 2 de la mañana... siguió durante la mañana, en el trabajo, por la tarde, los amigos... A cada recordatorio, sonreía... se sentía como un niño el día de reyes...
La noche acabó más tarde de lo que esperaba, acabó con “los niños mayores” como había empezado a denominar a quienes de últimamente se rodeaba... a veces, se sentía rara, intentaba averiguar cómo había llegado hasta allí... porqué, había divisado un par de grupos y se encontraba mejor en un lugar que no era el habitual...
Había empezado a salir a cada momento libre... buscar cosas por hacer, charlar en compañía de unas cervezas... de la misma gente y en el mismo lugar... pero seguía sin ser su lugar habitual... la silla incorrecta... Creía que si desaparecía durante una semana era posible que nadie la recordara...
Volver a su silla no era tan difícil, solo eran dos metros de distancia... pero le resultaba un sobreesfuerzo... tanto, como alejarse de allí... Además estaba bien, se encontraba rodeada de gente que no sabía cómo considerar, y mucho menos cómo la consideraban, pero con la que conseguía sentirse ella... Rodearse de ellos mantenía activa su curiosidad y la alejaba de pensar...
Después de un sábado noche, eligió un corto paseo para confesarse que no era capaz de superar cambios, de estar en ciertos momentos... en los que se sentía demasiado sola... Y vio porque le era tan difícil andar esos dos metros para volver a esa vida que caminaba tan paralela a ella... Así descubrió como echar sacarina a esa falta de dulzura... aunque solo fuera momentáneamente...
Frase del día
“Y durmiendo esta noche, mañana es miércoles...”
La noche acabó más tarde de lo que esperaba, acabó con “los niños mayores” como había empezado a denominar a quienes de últimamente se rodeaba... a veces, se sentía rara, intentaba averiguar cómo había llegado hasta allí... porqué, había divisado un par de grupos y se encontraba mejor en un lugar que no era el habitual...
Había empezado a salir a cada momento libre... buscar cosas por hacer, charlar en compañía de unas cervezas... de la misma gente y en el mismo lugar... pero seguía sin ser su lugar habitual... la silla incorrecta... Creía que si desaparecía durante una semana era posible que nadie la recordara...
Volver a su silla no era tan difícil, solo eran dos metros de distancia... pero le resultaba un sobreesfuerzo... tanto, como alejarse de allí... Además estaba bien, se encontraba rodeada de gente que no sabía cómo considerar, y mucho menos cómo la consideraban, pero con la que conseguía sentirse ella... Rodearse de ellos mantenía activa su curiosidad y la alejaba de pensar...
Después de un sábado noche, eligió un corto paseo para confesarse que no era capaz de superar cambios, de estar en ciertos momentos... en los que se sentía demasiado sola... Y vio porque le era tan difícil andar esos dos metros para volver a esa vida que caminaba tan paralela a ella... Así descubrió como echar sacarina a esa falta de dulzura... aunque solo fuera momentáneamente...
Frase del día
“Y durmiendo esta noche, mañana es miércoles...”
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