Cuando de pequeña te llevan de excursión, nuestras pequeñas mentes amplían tanto la distancia, el terreno, el lugar y todo lo que nos rodea… todo nos parece lejos y de grandes dimensiones…
Viladrau, un bonito pueblo de Barcelona (aunque por alguna extraña razón tiene el código postal de Girona)… siempre lo asimilé con una casa de colonias en la que pasé mis primeros días fuera de casa con 12 añitos… Dios, han pasado 20 años!!!...
Así que cuando un nuevo “colega” de mundo “blogueril” me dijo que vivía allí, directamente me vino a la mente un inmenso árbol junto a una casa de colonias. Así que me arriesgué a volver a Viladrau, teniendo la posibilidad de perderme por el camino y no encontrar el árbol…
Por suerte tuve un gran anfitrión que me hizo un paseo turístico por el pueblo, el cual recordaba bastante diferente… y recorrido por la afueras del pueblo en busca de la casa perdida…
El primer intento fue fallido, la casa era muy pequeña, demasiados árboles, un muro que no recordaba… un porche que no debía de andar a la derecha de la casa sino delante… incluso una carretera!!!... Claro que en 20 años bien podía haber cambiado todo… que mi visión de niña fuera completamente diferente… que nada fuera tan grande como había creído…
Pero no nos rendimos… y fuimos a una segunda casa… “Recuerdo un porche delante, una parra con uvas en la entrada, un árbol inmenso… y un camino cerrado de tierra para llegar a ella…”
Al llegar allí estaba… una casa con algunas mejoras, ha crecido a lo ancho… un camino cerrado… y un árbol de unos 15 menos, un abeto impresionante, que además ha crecido a lo alto, tiene 20 años más… es curioso la extraña felicidad que me entró al volver a aquel lugar, incluso pensé en volver a subirme al abeto como hice con 12 años, una tonta responsabilidad me retuvo…
Volví de Viladrau con el punto de felicidad que te deja un bosque, el color del invierno en las hojas de los árboles, con la vuelta a mis recuerdos de niñez por unos segundos… y el convencimiento de poder volver cuando quiera…
Gracias por el paseo M.
Frase del día (En la foto os presento a otro curioso árbol de la zona)
“El árbol del nen encantat…”
Viladrau, un bonito pueblo de Barcelona (aunque por alguna extraña razón tiene el código postal de Girona)… siempre lo asimilé con una casa de colonias en la que pasé mis primeros días fuera de casa con 12 añitos… Dios, han pasado 20 años!!!...
Así que cuando un nuevo “colega” de mundo “blogueril” me dijo que vivía allí, directamente me vino a la mente un inmenso árbol junto a una casa de colonias. Así que me arriesgué a volver a Viladrau, teniendo la posibilidad de perderme por el camino y no encontrar el árbol…
Por suerte tuve un gran anfitrión que me hizo un paseo turístico por el pueblo, el cual recordaba bastante diferente… y recorrido por la afueras del pueblo en busca de la casa perdida…
El primer intento fue fallido, la casa era muy pequeña, demasiados árboles, un muro que no recordaba… un porche que no debía de andar a la derecha de la casa sino delante… incluso una carretera!!!... Claro que en 20 años bien podía haber cambiado todo… que mi visión de niña fuera completamente diferente… que nada fuera tan grande como había creído…
Pero no nos rendimos… y fuimos a una segunda casa… “Recuerdo un porche delante, una parra con uvas en la entrada, un árbol inmenso… y un camino cerrado de tierra para llegar a ella…”
Al llegar allí estaba… una casa con algunas mejoras, ha crecido a lo ancho… un camino cerrado… y un árbol de unos 15 menos, un abeto impresionante, que además ha crecido a lo alto, tiene 20 años más… es curioso la extraña felicidad que me entró al volver a aquel lugar, incluso pensé en volver a subirme al abeto como hice con 12 años, una tonta responsabilidad me retuvo…
Volví de Viladrau con el punto de felicidad que te deja un bosque, el color del invierno en las hojas de los árboles, con la vuelta a mis recuerdos de niñez por unos segundos… y el convencimiento de poder volver cuando quiera…
Gracias por el paseo M.
Frase del día (En la foto os presento a otro curioso árbol de la zona)
“El árbol del nen encantat…”
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