La primera vez que fui a Sant Pol me enamoré de la casa de la playa, del pueblo, del mar y de un camarero jejejeje…
Han pasado tres años y sigo enamorada de ese precioso pueblo costero… y cada vez que puedo y mi amigo L. me lo permite, me escapo para pasar una tarde, una noche o un par de días…
La vida allí es tan sencilla que me parece estar de vacaciones… levantarse cuando el sol no te deja dormir más, salir descalza a la calle y llegar a la arena en 10 pasos… decidir entre la playa familiar, o la nudista… particularmente prefiero la nudista, es una cala más pequeña y a la vez más tranquila, disfrutar del transparente mar… A la hora de comer, se hace el vermut, siempre consiste en lo mismo: olivas, patatas y cervezas… Y a la hora de la merienda, se come…
Volvemos a casa cerca de la siete de la tarde, momento justo para sentarse, contemplar el mar y escuchar música… y si hay algo en lo que coincidimos plenamente L. et moi es en la música… aunque alguna vez se arriesga a ponerme una ópera y explicarme la trama, o traducirme la letra… por suerte mayoritariamente se decanta por pop inglés, británico o latino…
La noche vuelve a ser en la playa, tienen un chiringuito “chillout” que se podría decir “bonito”… con alfombras, antorchas, velas, música mezclada con el sonido del mar… un lugar tan acogedor como relajante…
Y además este fin de semana eran las fiestas… y continuaron en la playa…
Sip, se puede decir que ha sido un fin de semana exclusivo del mar… y con la compañía de la gente del pueblo, que son un encanto… y la inigualable amistad de alguien a quien aprecio por toneladas…
Si alguna vez tenéis oportunidad, no hay rincón de Sant Pol que no merezca la pena, os lo aseguro… En la foto pertenece a uno de los lugares que más me embrujaron, “Los jardines de Sant Pol”…
Frase del día
“Gracias por todo L.”
Han pasado tres años y sigo enamorada de ese precioso pueblo costero… y cada vez que puedo y mi amigo L. me lo permite, me escapo para pasar una tarde, una noche o un par de días…
La vida allí es tan sencilla que me parece estar de vacaciones… levantarse cuando el sol no te deja dormir más, salir descalza a la calle y llegar a la arena en 10 pasos… decidir entre la playa familiar, o la nudista… particularmente prefiero la nudista, es una cala más pequeña y a la vez más tranquila, disfrutar del transparente mar… A la hora de comer, se hace el vermut, siempre consiste en lo mismo: olivas, patatas y cervezas… Y a la hora de la merienda, se come…
Volvemos a casa cerca de la siete de la tarde, momento justo para sentarse, contemplar el mar y escuchar música… y si hay algo en lo que coincidimos plenamente L. et moi es en la música… aunque alguna vez se arriesga a ponerme una ópera y explicarme la trama, o traducirme la letra… por suerte mayoritariamente se decanta por pop inglés, británico o latino…
La noche vuelve a ser en la playa, tienen un chiringuito “chillout” que se podría decir “bonito”… con alfombras, antorchas, velas, música mezclada con el sonido del mar… un lugar tan acogedor como relajante…
Y además este fin de semana eran las fiestas… y continuaron en la playa…
Sip, se puede decir que ha sido un fin de semana exclusivo del mar… y con la compañía de la gente del pueblo, que son un encanto… y la inigualable amistad de alguien a quien aprecio por toneladas…
Si alguna vez tenéis oportunidad, no hay rincón de Sant Pol que no merezca la pena, os lo aseguro… En la foto pertenece a uno de los lugares que más me embrujaron, “Los jardines de Sant Pol”…
Frase del día
“Gracias por todo L.”
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