lunes, mayo 15, 2006

El cuento del adiós..


Hace años conocí a un chico encantador... era divertido, amable, sincero, cariñoso... tenía mil virtudes... y tal vez un solo defecto...

Un día, decidió marcharse... las despedidas son tristes, dolorosas... pero lo hizo con tal imaginación que incluso consiguió, muy a pesar mío, que le deseara una buena ruta... siempre podría conservar la esperanza de volver a encontrar a un amigo al final del camino...

Se despidió con un cuento... curiosa manera de decir adiós... Como todos mis cuentos o aquellos que escribí con ayuda, es demasiado largo... así que, como siempre... os dejaré la primera parte...

“Como sabéis, los aventureros tenemos todos nombres extraños y extravagantes, bien, pues este se llamaba Ufsubo. De siempre había sido bastante jovial y divertido. Es escalador, y de ahí le viene el nombre. Siempre que esta delante de una vía, se concentra y suelte "Uf, subo". Y esa es la señal de que va "pa'rriba".

Recuerdo una vez, cruzando la frontera entre dos países, que le hicieron vaciar todo lo que llevaba en la mochila. En cuestión de segundos tenia todas las cosas acumuladas en un año desperdigadas por el suelo. Fue tal el mosqueo que tenía, que cogió al agente de aduanas y le dijo que se lo recogiera. Ante la cara de risa del tipejo, le pidió el nombre y el número de placa, bajo la amenaza de que su padre era miembro de la embajada de España en ese país. Según cuenta, nunca seremos capaces de imaginar la cara de angustia que se le puso mientras llamaba a dos compañeros más y entre los tres le doblaban la ropa, le colocaban el material... y le despedían con una reverencia...

Este tipo era especial.

De un tiempo a esta parte la luz de este amigo se ha ido apagando. Ya no es lo que era, y mucho menos lo que los demás esperamos de el.

Se embarco en un viaje a lo desconocido, y con su jovialidad y su fuerza de espíritu consiguió que todo el que oyera su empresa, su epopeya o sus intenciones se quisiera apuntar con él. Consiguió que todos fueran participes de sus sueños, de sus anhelos y de sus esperanzas. Poco a poco fue reclutando y fidelizando a gente a su alrededor. Pero no porque lo quisiera así, más que nada porque es su forma de ser. Es de las personas que cuando te cuentan algo, están tan convencidas y lo viven tanto que son capaces de transmitir que todo va a ser como ellos dicen. Son capaces de hacerte sentir como el más poderoso y más seguro del mundo. Y sobre todo son capaces de hacerte sentir bien.

Era como un niño grande. Tenia 30 años, pero se comportaba como uno de 14. Teníais que haberle conocido... era capaz de estar de traje y corbata en una reunión, y a la vez llevar calcetines rosas para romper con la seriedad del evento. O restregarse por el suelo con un perro y pegarse con el como un igual, o hacer castillos en la playa con su pala y su cubo...”

Frase del día
“Era como mirarse al espejo”

No hay comentarios:

 
Free counter and web stats