viernes, junio 16, 2006

Soledad…


Primavera, una preciosa mañana de primavera… Siempre detestó el invierno, su cuerpo lo aguantaba cada año menos, le dolían los huesos… Agradeció aquella mañana, y se dedicó a contemplarla desde el balcón… desde su mecedora, la misma que había visto durante toda su vida… aquella que entró en su primer piso… la mecedora y la ilusión fueron las primeras en instalarse, ella tardó aún unas semanas.

La edad ya no le permitía escribir, unas manos demasiado temblorosas, aún menos leer, así que pasaba la mayor parte del día en compañía de sus recuerdos… quizá de hace 50 años…

Pasó la vida entre la búsqueda de la felicidad y el amor, entre su libertad y autosuficiencia… ganó su siempre incorregible independencia… y negó continuamente la necesidad de necesitar a alguien…

Ahora con sus más de 80 primaveras vislumbró un corto futuro demasiado largo para hacerlo en soledad… y volvió a preguntarse qué era lo que realmente le retiró de toda sensación de compañía para como, le dijeron hace mil años “envejecer juntos”…

No habían sido malos chicos, se mantuvieron a su lado hasta que percibieron que el futuro no podía estar junto a alguien que no necesitaba… y así entraron y salieron uno tras otro de su vida… “Pudiste mantener a alguno a tu lado pequeña, así dejarías de hablar contigo misma…”

Frase del día
“Siempre fuiste una flor rara y yo un botánico curioso…”

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