Nacer por ella...

Nací en serie… en serie de gemelos de 1000… No conocí a mi madre, y mi padre, que deduje fue el primero en tenerme entre sus manos mirándome como si esperara alguna malformación, se deshizo rápidamente de mí… La confusión fue tal que el tiempo de presentación a mis hermanos fue breve… con alguno llegué a congeniar porque nos mantuvieron juntos… aunque nunca nos vimos en un espejo dedujimos que éramos iguales por la descripción de cada uno al otro…

Junto a otros de nuestros semejantes hicimos amistad en un lugar lleno de cosas de colores… de recuerdos… La gente paseaba y me miraba, alguna vez me mantuvieron entre sus manos y acariciaban esa falta de cariño que poseía, nadie se decidió por mí… Éramos huérfanos esperando una madre…

Ella llegó en noviembre, entró, me miró y al instante se enamoró de mí… No era de allí, iba a ser todo un misterio mi nuevo hogar…

Comprobé que iba a ser hijo único, sin compañeros de juego… Ella solo me quería a mí… Me despedí todo lo rápido que me permitió la premura del traslado… Lloré y prometí escribir con mi nueva dirección… sabía que no lo haría, pero son las cosas que siempre se dicen en las despedidas…

Volé a mi vuelo hogar… mano a mano trabajé con ella, conocí nuevo lugares, subí a 3.000 metros, bajé a las profundidades… conocí amores y desamores, reí y lloré con y por ella… Conozco cada rincón que ella conoce, alguna vez me dejó y deja abandonado junto a sus secretos, me limpia, me abrillanta, me cambia de lugar y juega conmigo… sonríe cuando me mira, le traigo recuerdos…

Vivo a días, desde hace 4 años, entre su anular, índice y corazón… en su mano derecha…

Frase del día
“El amor y la tos no pueden ocultarse”